martes, 14 de junio de 2011

Un apunte acerca del Arte

Debe estar ahí desde las 7:30 am, lleva consigo un par de audífonos, ignoro qué escucha. Desde hace diez años, cada mañana, toma su capote, describe lances imaginarios al viento y remata, alzando lentamente la mirada, como si buscara ese inexistente tendido... como si de un momento a otro, los arcos de la Maestranza o las andanadas de Las Ventas, fueran a materializarse igual que el Toro que -supone- le mira con fiereza mientras palmas se desgranan desde lo alto y le cubren el rostro.
Ha toreado ya cinco o seis tardes en La México. En una cortó una oreja.
Me confesó que inaugurará la próxima temporada de novilladas.
Él, que cada mañana riega con su sudor el terrenal de los Viveros de Coyoacán, vive en su interior el absurdo inexplicable de los necios reclamos del Arte: "vive, vive, y hazme vivir..."

Salvador López, es su nombre




1 comentario:

  1. Y sólo así, con la mirada en aquello que imaginamos nos mira con fiereza, eso que nos aterra pero con lo que deseamos profundamente fundirnos, sólo así, y sin escatimar una gota de sudor, sólo así, se abre la posibilidad de dar un pequeño soplo de aliento a ese arte, cuyo respirar nos hace vivir, y cuyo silencio nos mata.

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